En un entorno global donde la confianza en las instituciones y los líderes se encuentra en constante declive, el liderazgo auténtico emerge como una respuesta necesaria y poderosa. Este tipo de liderazgo se basa en la integridad y la honestidad, cualidades que permiten a los líderes ganar y mantener la confianza de sus seguidores. De acuerdo con George (2015), el liderazgo auténtico se define como la capacidad de actuar en congruencia con los propios valores y principios, priorizando la transparencia y la justicia en todas las decisiones y acciones. Este enfoque no solo es relevante para líderes en posiciones formales, sino también para cualquier persona que desee influir positivamente en su entorno. El liderazgo auténtico puede manifestarse en tres áreas fundamentales: como individuo, en la familia y en el ámbito profesional.
El liderazgo auténtico comienza con el individuo. Este tipo de liderazgo implica que la persona se mantenga fiel a sus valores y principios, incluso cuando enfrenta desafíos. Un líder auténtico es consciente de sí mismo, comprende sus fortalezas y debilidades, y trabaja continuamente en su crecimiento personal. Un ejemplo de liderazgo auténtico a nivel individual es Nelson Mandela. A lo largo de su vida, Mandela demostró un compromiso inquebrantable con sus principios de igualdad y justicia, incluso cuando enfrentaba una severa opresión. Su capacidad para mantener su integridad personal durante 27 años de encarcelamiento, y luego promover la reconciliación en lugar de la venganza al ser liberado, muestra cómo el liderazgo auténtico puede influir en la sociedad a través de la coherencia y la integridad personal (Carlin, 2016).
En el ámbito familiar, el liderazgo auténtico se manifiesta en la capacidad de guiar a los miembros de la familia con empatía, honestidad y un compromiso genuino con su bienestar. Los líderes familiares auténticos son aquellos que practican lo que predican, convirtiéndose en modelos a seguir para sus hijos y cónyuge.
Consideremos a un padre o madre que promueve valores como la honestidad y la responsabilidad en su hogar. Este líder familiar no solo establece reglas basadas en estos valores, sino que también vive de acuerdo con ellos, creando un ambiente donde la confianza y la comunicación abierta prosperan. Por ejemplo, un padre que admite sus errores y se disculpa cuando es necesario, enseña a sus hijos la importancia de la humildad y la integridad, fortaleciendo así los lazos familiares y el respeto mutuo (Gurian, 2017).
El liderazgo auténtico en el ámbito profesional implica liderar con integridad y transparencia, inspirando confianza entre los colegas y subordinados. Los líderes auténticos en el trabajo son aquellos que toman decisiones basadas en principios éticos, incluso cuando estas decisiones pueden no ser las más fáciles o populares. Un ejemplo es Satya Nadella, CEO de Microsoft, es un claro ejemplo de liderazgo auténtico en el ámbito profesional. Bajo su liderazgo, Nadella ha promovido una cultura organizacional basada en la empatía y la integridad. Ha instado a los colaboradores de Microsoft a «asumir la responsabilidad, no el crédito,» lo que ha transformado la cultura corporativa de la empresa hacia una mayor colaboración y responsabilidad compartida (Harter, 2020). Este enfoque no solo ha llevado a Microsoft a nuevos niveles de éxito, sino que también ha reforzado la confianza y el compromiso de los colaboradores.
Algunas recomendaciones para Desarrollar Liderazgo Auténtico son:
Autoevaluación continua: Los líderes auténticos deben practicar la introspección regularmente para asegurarse de que sus acciones y decisiones están alineadas con sus valores fundamentales. Esto implica un proceso constante de autoevaluación, donde el líder reflexiona sobre sus comportamientos y ajusta su curso si es necesario (Goffee & Jones, 2019).
Fomentar la transparencia: La comunicación abierta y sincera es esencial para construir y mantener la confianza. Los líderes deben ser claros sobre sus intenciones, decisiones y los desafíos que enfrentan, lo que no solo fortalece la confianza, sino que también empodera a sus seguidores al proporcionarles una comprensión completa del contexto en el que operan (Brown & Treviño, 2016).
Promover la integridad en todos los niveles: Un líder auténtico debe ser un modelo de comportamiento ético, demostrando a través de sus acciones cómo actuar con honestidad y rectitud. Este ejemplo establece un estándar que otros en la organización o comunidad están más inclinados a seguir (Northouse, 2018).
El liderazgo auténtico, fundamentado en la integridad y la honestidad, no es solo un ideal ético, sino una necesidad práctica en el mundo actual. Los líderes que incorporan estos valores en su vida cotidiana, tanto personal como profesional, no solo construyen relaciones de confianza duraderas, sino que también inspiran a otros a seguir su ejemplo. Como resultado, las organizaciones y comunidades bajo su liderazgo experimentan un mayor sentido de cohesión, resiliencia y éxito a largo plazo. En un mundo donde la desconfianza es común, los líderes auténticos tienen el poder de transformar la percepción pública y construir un futuro más positivo y sostenible.
Terminamos con esta pregunta reflexiva: ¿Cómo podemos integrar la integridad y la honestidad en todas las facetas de nuestras vidas para convertirnos en verdaderos líderes?
Algunas de las referencias revisadas fueron:
Armstrong, T. (2009). Multiple Intelligences in the Classroom. 4th. Edition ASCD.
Gardner, H. (1983). Frames of Mind: The Theory of Multiple Intelligences. Basic Books. https://files.ascd.org/staticfiles/ascd/pdf/siteASCD/publications/books/Multiple-Intelligences-in-the-Classroom-4th-Edition-Sample-Chapters.pdf
Sharma, D. (2024). Emotions at Work: Applications of Emotional Intelligence. In Emotions in Cultural Context (pp. 129-147). Cham: Springer International Publishing.
Excelente información Rafael, justamente voy a dar una charla sobre liderazgo auténtico el día de mañana en mi institución educativa. Sigue con este contenido sumamente valioso. Un abrazo desde Quito, Ecuador.
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Saludos!! desde Puerto Rico, que honor sus palabras. Mi hijo fue a Guayaquil en el 2019 a un torneo de ajedrez. Mucho éxito. Cuando guste podemos hacer un live y hablar sobre el liderazgo. Un abrazo borincano.
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